Presencia de la Nobleza Indígena en Tierras Guariqueñas. Matrimonio de Descendientes de un Cacique llevado a cabo en Santa María de Ipire en 1795.

 

    Por: Henry José Agobian Viettri.

(Fotografía: Tomada del Calendario publicado en Zaraza en 2011, bajo el título “El Arte de Ser Zaraceños”, de la autoría de los señores Éberly Arbeláez Pomonti, José Gregorio Circellis, Edwin R. Jiménez C. y Derguin Méndez. Locación: Antiguo Puente situado hacia San José de Unare, correspondió al mes de Octubre. Modelos  Egleé Ramos Arbeláez de García y Ebder Magallanes).

    El autor Rafael Chacín Soto, cronista de Valle de la Pascua para el año 1973, en su obra “Guárico Provincia Escalada de Plenitud”, señala que “Con el nombre de Llanos de San Sebastián de los Reyes al comienzo y, luego, con el de Llanos de Caracas se designó desde los propios días de la Conquista, el territorio del Estado Guárico con sus límites actuales aproximadamente. Sin embargo, los primeros contactos con gentes españolas no se efectuaron del lado de Caracas, o sea por el Norte, sino por el Oriente y por el Sur. Razón ésta por la cual por más de cincuenta años la denominación de la incircunscrita franja central de tierras bajas aquel de El Unare se englobaba en la más genérica de los llanos. (CHACIN SOTO, Rafael. “Guárico Provincia Escalada de Plenitud”. Estado Guárico 1973. Pág. 3)

    Por su parte el autor Tito Sierra Santamaría, señala que “Las Tribus indígenas que ocupaban el territorio del Estado Guárico cuando los españoles empezaron la conquista de los llanos, después de la fundación de San Sebastián de los Reyes en Enero de 1585, fueron: La gran capitanía o tribu de los Amaibos, Atapaimes, Caracicanas, Chirigas, Guamas, Guaribes, Güires, Mapoyes, Orochaimas, Tiznados. Eran los pobladores. Los historiadores del Nuevo Reino, entre ellos, Jules Humbert, apuntan haber logrado encontrar las tribus de los Tamanacos y los Palenques en los Distritos Orieritales; los Curaguas, los Amaibos y los Barrancas a las costas del río Portuguesa; Los Guaribes, los Atapaimas, los Güires y los Chirigas entre los ríos Tiznado y Orituco, y los Guáricos y los Guamos que faltan localizar”. (SIERRA SANTAMARIA, Tito. “Sitios Históricos del Estado Guárico”. Talleres de la C.T.P., San Juan de los Morros. 1975. Pág. 84).

    En cuanto a la estadía de Caciques notables en tierras guariqueñas,  Acosta Saines fija la estancia de Orocomay a inmediaciones de Santa María de Ipíre; la de Anapuya, hacia la boca del Ipire, cerca de Zaraza; la de Guaygotó, en la boca del Quebrada Honda; Arcupon, cerca de Zaraza; la de Guayacamo, entre el alto Guere y el Unare; Patigurato, Unarima y Barutaima, entre el Guaribe y la Laguna del Unare. La tierra de Anoantal estaría en la confluencia del Tamanaco en el Quebrada Honda, es decir, en la zona suroriental de la selva Tamanaco. (ACOSTA SAINES, Miguel. “Los Caribes de la Costa Venezolana”. México, 1946. Págs. 16-17).

    Varios cronistas hacen alusión también a la población del “Cacique Guaramental”, la cual sitúan en la ribera de un río llamado “Dunare”, - el cual aducen- quedaba a dos jornadas de la población de “la india” llamada “Orocomay” (Aguado, 1963:539), dama cuyo origen étnico según Juan de Castellanos era Palenque.

    Es indiscutible pues la presencia de la nobleza indígena en tierras llaneras, de quienes hoy día producto del mestizaje descienden algunas familias principalmente de Santa María de Ipire y Zaraza.

    Así las cosas hace algunos  años durante nuestra investigación en el Archivo del Palacio Arzobispal de Caracas encontramos un expediente contentivo de una dispensa matrimonial, en donde los testigos interrogados declaran que ambos contrayentes eran descendientes de caciques de la zona.

    El pedimento de dispensa es asentado en el expediente respectivo como planteado por Don Ramón Padrino Castro para poder contraer matrimonio con Doña María Petrona Vargas Castellanos, con quien se encontraba emparentado por lazos de consanguinidad. Nótese que a ambos contrayentes en la solicitud descrita se les da el trato de “Don”, distinción que en aquel tiempo solo estaba destinada para la gente blanca (que eran en aquel tiempo mayormente españoles o a sus descendientes) sin mezcla con otras castas (como pardos, mulatos, negros, zambos o indígenas llamados naturales) o en casos muy excepcionales como el de marras a descendientes de algún cacique notable de la época, hecho que con anterioridad solo habíamos observado en el caso de la descendencia de la Cacica Isabel Hernández, ascendiente nuestra dieciséis (16) generaciones atrás por vía materna, nacida alrededor de 1495, quien fue una princesa de la etnia Caquetía, quien para algunos era natural de Curiana, (actualmente Coro), pero que en realidad procedía de la Isla La Española,  cuya condición de noble le daba una posición privilegiada y de allí la posibilidad de contraer matrimonio con un súbdito español, tal como en efecto ocurrió en su caso con Don Esteban Mateos y Villada, Capitán Conquistador, (hijo de Don Pedro Mateos, acompañante de Cristóbal Colón tanto en el primero como en su cuarto viaje) nacido alrededor de 1490, en Palaos de Moguer, Huelva, España, de quien se dice también llegó a tierra firme como compañero de Colón en su cuarto viaje, (AVELLAN DE TAMAYO, Nieves, “En la Ciudad del Tocuyo”. 1545-1600. Tomo II. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas 1997. Pág. 97), matrimonio que fue previamente autorizado por la Corana Española y al que se hace referencia en un documento suscrito en la Villa Salvaleón de Higuey, actual Puerto Rico, otorgado en fecha 18 de diciembre de 1514.

    En el caso del matrimonio de Don Ramón Padrino Castro y Doña María Petrona Vargas Castellanos, al que hicimos referencia supra, el mismo tuvo lugar en Santa María de Ipire, previa solicitud de dispensa matrimonial en donde se hace referencia como ya fue adelanto que ambos contrayentes eran descendientes de un cacique, por ser su chozno abuela identificada como “Doña Juana Barriga”, hija o nieta del mismo. Lastimosamente los testigos que declararon en el expediente en San Sebastián de los Reyes el 26 de septiembre de 1795, no dieron razón del nombre del cacique, ni del verdadero apellido aborigen de la precitada dama, en efecto, Barriga es en realidad un apellido español, quizá adoptado por ésta, por su padre o por algún otro antepasado en fecha indeterminada para ser identificados probablemente en algún censo eclesiástico, ello debido  a que los aborígenes generalmente  se les identificaba por su nombre, en virtud de lo dicho no nos fue posible precisar si la referida dama descendía de alguno de los caciques mencionados. En efecto, ante la solicitud planteada por el contrayente de que el Vicario Foráneo y Juez Eclesiástico le preguntara a los testigos que fueren presentados, en el caso en concreto a los señores: Don Xavier Castro, Don Francisco Castro y Joseph Sánchez, lo siguiente: “ Lo Primero: Si conocieron o lo han oído decir que Don Manuel Padrino el viejo tuvo por legitima consorte a Doña Juana Barriga india  natural y de línea de los Caciques”, aquellos respondieron que aunque no conocieron a Don Juan Padrino el viejo, por sus mayores saben que fue casado y que tuvo por legítima mujer a Doña Juana Barriga india natural, manifestando: el primero que oyó decir que era hija o nieta de un cacique; el segundo que sabe que descendía de familia de caciques; en tanto que el tercero al ser interrogado sobre el origen de Doña Juana contestó que era india de los antiguos caciques. 

    El parentesco de los contrayentes es explicado de la siguiente manera: Don Juan Padrino casó con Doña Juana Barriga teniendo por hijos a: Manuel Padrino casado con Josefa Velásquez y a Catalina Padrino casada con Plácido Velázquez. Manuel Padrino y Josefa Velásquez fueron los padres de: Miguel Padrino casado con Teresa Castro con quien tuvo por hijo a Ramón Padrino el pretendiente; por su parte del matrimonio de Catalina Padrino y Plácido Velázquez nace María de Jesús Velásquez quien casó con Antonio Castellanos teniendo por hija a Dionisia Castellanos casada con Manuel Vargas, siendo estos últimos los padres de María Petrona Vargas la pretendida. En el justificativo de testigos en referencia también se señala que entre los contrayentes existía otro parentesco por el apellido Velásquez el cual explicaron de la siguiente manera: Plácido Velásquez casó en primer matrimonio con Luisa Sosa y en segundas nupcias con Catalina Padrino, del primer matrimonio de Plácido Velásquez con Luisa Sosa nace: María Josefa Velásquez casada con Manuel Padrino, con quien tuvo por hijo a Miguel Padrino quien casó con Teresa Castro siendo éstos los padres del pretendiente; que luego de viudo Plácido Velásquez casó con Catalina Padrino teniendo por hija a María de Jesús Velásquez casada como se dijo con Antonio Castellanos con quien tuvo por hija a Dionisia Castellanos quien casó con Manuel Vargas, teniendo por hija a María Petrona Vargas la pretendida, de lo cual se desprende que Catalina Padrino bisabuela de la pretendida era hermana de Manuel Padrino el abuelo del pretendiente. (Archivo del Palacio Arzobispal de Caracas, Sección Matrimoniales, Carpeta correspondiente al año 1795).

    A esta misma familia también pertenecía Don Manuel Padrino casado con Ana María Rojas, de quien pudimos conocer a raíz de un expediente al que tuvimos acceso en el Archivo de la Academia Nacional de la Historia, que en 1775 solicitó la composición de unas tierras en el sitio de Maniral de Santa María de Ipire, la cual le fue Despachada el 12 de febrero de 1776, por nuestro octavo abuelo Don Pedro Carlos de Ron y Tovar, quien se desempeñaba para aquel tiempo como Teniente de Justica Mayor de la referida población, Juez de Caminos del Departamento de Quebrada Honda, Unare y sus Anexos y como Juez General de Llanos.

    La casa de este Manuel Padrino aparece matriculada en el Censo Eclesiástico  de Santa María de Ipire de 1769 como ubicada en la Cuada llamada Nuestra Señora de Begoña, en ella fue empadronado el referido señor junto a Ana María Rojas su mujer, sus hijos Juana Josefa,  Juan Joseph, Juan Rafael, Joseph Miguel y los párvulos: María del  Rosario, Joseph Tomás y Rafael Antonio Padrino, su esclavo Joseph y Eusebio su sirviente.

    La fotografía utilizada para ilustrar esta publicación fue tomada de un hermoso calendario publicado en Zaraza en 2011, bajo el título “El Arte de Ser Zaraceños”, excelente trabajo autoría de un equipo conformado por los señores Éberly Arbeláez Pomonti, José Gregorio Circellis, Edwin R. Jiménez C. y Derguin Méndez, encargados respectivamente de la producción general y redacción, diseño y confección de vestuario, fotografía, y diseño gráfico respectivamente. La toma llevada a cabo utilizando como locación el Antiguo Puente situado hacia San José de Unare, correspondió al mes de Octubre, en ella figuran como modelos  Egleé Ramos Arbeláez de Garcíay Ebder Magallanes.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

-AGOBIAN VIETTRI, Henry José. “En Honor a mis Ancestros. Genealogía de Algunas Familias e Historia de ciertos acontecimientos sobre Zaraza, Guárico, Venezuela y El Mundo”. Obra aun inédita.

- AVELLAN DE TAMAYO, Nieves, “En la Ciudad del Tocuyo”. 1545-1600. Tomo II. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas 1997.

- CHACIN SOTO, Rafael. “Guárico Provincia Escalada de Plenitud”. Estado Guárico 1973.

- SIERRA SANTAMARIA, Tito. “Sitios Históricos del Estado Guárico”. Talleres de la C.T.P., San Juan de los Morros. 1975.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Venezuela 1941-1945. Una Zaraceña como Primera Dama de la República. Irma Felizola Fernandez Toro de Medina Angarita. Su biografía

HISTORIA DE LA FUNDACIÓN DE ZARAZA, ESTADO GUÁRICO.

Rostros y Personajes de Zaraza: Josefina Riccardi de Castro (Doña Pepina)