El Periódico El Unare. Imágenes de la Colección. Una Pequeña contribución de mi parte para mantener vigente el acervo histórico y cultural de las ciudades y pueblos del Guárico y de algunos del Nor-Oeste del Estado Anzoátegui y de Venezuela en general.



Por Henry José Agobian Viettri.

     

Es indudable la importancia de las notas periodísticas de El Unare, para desempolvar parte de la historia no sólo del Estado Guárico, sino además de algunos pueblos de Anzoátegui y de Venezuela en general, por ello al comenzar a escribir mi libro de Historia y Genealogía de algunas familias, me dispuse la revisión de dicha obra, lo cual se me hizo en un principio sumamente complejo al desconocer el paradero de muchos de sus ejemplares, hasta que en el año 2015, en una de esas agradables conversaciones que suelo tener con mi parienta y gran amiga la Lic. Thalía Rodríguez, me comentó que su padre el Dr. Alberto Eduardo Rodríguez Moraeles poseía una colección de esos periódicos la cual le fue obsequiada al Dr. Ángel Landaeta Domínguez, connotado cardiólogo zarceño y gran amigo en común de ambos.

Así las cosas, al tener la afortunada noticias de al menos la existencia si bien de no toda la colección de gran parte de esos ejemplares de prensa en su poder me comuniqué con el Dr. Landaeta y de inmediato me los puso a la orden para su revisión, procediendo semanas después a digitalizarlos con una modesta cámara fotográfica. Trabajo algo arduo por la gran cantidad de polvo, esporas y el lor tan fuerte y penetrande de papeles tan antiguos. Para trasladarme a la ciudad de Calabozo para tal fin le pedí a otro buen amigo, como lo es  el Sr. Tello Díaz que me acompañara en ese viaje, obsequiándole luego a él y a mi parienta Thalía un CD contentivo de ese tan valioso material, el cual hoy día tiene mayor importancia, pues meses después de aquella digitalización que hice me comentó el Dr. Landaeta que dicha colección lastimosamente había desaparecido producto de la polilla.

    Ahora bien, conociendo la dificultad que existe para ubicar y consultar ese tipo de bibliografía, como un modesto aporte de mi parte a los historiadores, cronistas, aficionados, estudiantes y a los amantes de la lectura en general anuncio que a partir de esta fecha, aparte de una serie de artículos que he venido preparando con dicha información, las imágenes mencionadas, más de 600 estarán colgadas en mi blog Zaraza y su Historia y disponibles para ser consultadas por quien lo desee, pudiendo accesar a las mismas tan sólo haciendo click en el enlace corerespondiente a este artículo. 

    Pero conozcamos al menos un poco el origen del referido periodico. 

   Asi las coas, hablar de la historia del periodismo en el Estado Guárico no es posible sin mencionar a las familias Aguirre Graterol y Reyes Aguirre, pues fueron distinguidos miembros de las mismas quienes comenzaron a recoger desde finales del Siglo XIX y hasta una buena parte del Siglo XX con gran misticismo, la noticia no sólo de nuestra querida Zaraza, sino además de todas las ciudades y pueblos del Estado Guárico, compartiendo al propio tiempo en ocasiones noticias de nuestro vecino Estado Anzoátegui, en especial de poblaciones como Clarines, Guanape, Valle de Guanape, Uchire y Sabana de Uchire.

    Crónicas de Tucupido, Valle de la Pascua, Santa María de Ipire, San Juan de los Morros, Calabozo y de las demás ciudades y pueblos del Guárico, acostumbraban encabezar los titulares de ese icónico medio de difusión, que sirvió durante muchísimos años para dar a conocer también historias, prosas, versos y bellos poemas de muchos de nuestros coterráneos.

    De acuerdo a las crónicas recogidas  por el Lic. Jorge Agobian Villegas en el Portal web Infozaraza “la historia de la prensa escrita en nuestro pueblo empieza el 4 de enero de 1881. Para esa fecha Luis María Aguirre Graterol fundó el primer periódico de Zaraza llamado El Unare. La imprenta en la que se reproducía fue adquirida en Estados Unidos y llegó a tierra Zaraceña a través de la Cuenca del Río Unare. En la casa número 14 de la Calle Orinoco funcionó por más de 60 años la Tipografía El Unare, lugar donde se imprimían casi todos los diarios de circulación de la época.

    Años más tarde ese periódico dejó de editarse hasta que en 1906, Ladislao Reyes Aguirre -de la misma familia- lo reactiva. En efecto, en marzo de 1911, El Unare circulaba en la mañana y en la tarde reseñando el aniversario del gobierno del General David Gimón, quien era Gobernador del Estado Guárico. A partir de octubre de ese mismo año el periódico empezó a circular tres veces por semana”.(https://infozaraza.es.tl/De-periodicos-y-radio.htm#:~:text=En%20marzo%20de%201911%2C%20El,circular%20tres%20veces%20por%20semana.

    Así las cosas encontramos que bajo el título de “Una Jornada Más” en su edición de fecha 4 de octubre de 1926 el periódico, ejemplar Nro. 2.117, publica la siguiente nota:

 “Veinte años cumple hoy nuestro periódico El Unare.

Veinte años de rudos esfuerzos, sin haber encontrado un oasis en tan escabroso sendero. Sólo debemos la existencia de El Unare a nuestra indomable voluntad

Hoy como ayer, seguiremos sosteniendo siempre en alto la bandera gloriosa de la paz, del progreso y del engrandecimiento de nuestra amada Venezuela.

Si en estos veinte años hemos muchas veces apurado  el amargo cáliz que hacen apurar la ingratitud  la indiferencia, también hemos recogido las gloriosas flores del deber cumplido, para depositarlas hoy sobre el bien amado sarcófago de nuestro inolvidable Fundador; esto nos llena de satisfacción, como nos regocija el triunfo de la sacrosanta religión de Jesucristo!".



Sobre la Familia Aguirre Graterol y particularmente sobre Don Luis María, en la obra de Lorenzo Rubín Zamora, titulada Diccionario Cultural del Estado Guárico, se señala lo siguiente: “Familia de méritos intelectuales fundada por don Eleuterio Aguirre y doña Santiaga Graterol (viuda de Mejías), ca­sada en segundas nupcias con don Eleuterio. Era éste persona de grandes aptitudes para el trabajo, por lo que llegó a alcanzar una de las fortunas más considerables de la época. De esa unión nacieron entre otros, tres varones que descollaron por sus capacidades intelectuales: Luis María, preparado en letras, aficionado al Teatro y de voluntad indoblegable. Fundó El Unare, periódico que se empezó a editar en imprenta propia; llevada a Zaraza en 1881. Al fallecer Luis María, su sobrino Ladislao Reyes Aguirre se hizo cargo del periódico y lo propio hizo su hermana María Reyes Aguirre; cuando éste murió. Luis Felipe, el gran poeta de Alelíes, y notable miembro de esta familia, posee su ficha particular en este Diccionario. Eleuterio, Doctor en Cánones, Profesor de Filosofía y Matemáticas, fue uno de los puntuales de la enseñanza secundaria en su pueblo natal. Esta distinguida fami­lia era de Zaraza”. (RUBIN ZAMORA, Lorenzo,  “Diccionario Cultural del Estado Guárico”, Gráficas  Herpa, Caracas 1974. Pág. 238).

(Foto: Luis María Aguirre Graterol, fundador del primer periódico de Zaraza, El Unare, cortesía del Lic. Jorge Agobian, tomada de la obra Listín periodístico de Zaraza de Moisés Rodríguez, quien le fasilitó la misma)

Ladislao Reyes Aguirre,  fue sin lugar a dudas un connotado pe­riodista, quien a la muerte de su tío Luis Feli­pe Aguirre Graterol, asumió la dirección de “El Unare” hasta convertirlo al menos por un tiempo de periódico de circulación temporal a diario. A su muerte acaecida en 1915, la dirección del mismo es asumida por su hermana, la Srta. María Reyes Aguirre, considerada una “heroína del periodismo guariqueño”.

 En cuanto a la labor de los hermanos Ladislao y María Reyes Aguirre, frente al periódico El Unare, fundado por su tío Luis María Aguirre Graterol, nos comenta nuestro amigo, el Ilustre Cronista de Zaraza Don Moisés Rodríguez, en su obra “Desde Una Esquina con Faroles”, cuanto sigue: “Los Últimos meses del año 1915, resultaron de indecisión para Ladislao Reyes Rendón y María Reyes Aguirre. Pensaron vender la imprenta, por cuanto "la implacable segadora de vidas, cortó la juvenil exis­tencia de Ladislao Reyes Aguirre el fúnebre 2 de noviembre de 1915". El periódico, con nombre propio y sitio seguro en la historia nacional, quedaba acéfalo. Y entre las causas para abandonar la lucha, estaba una de marcada aflicción: Ninguno de los dos era perio­dista. Luego, se produce la intervención alentadora y futurista, promisora y decidida de un hombre lla­mado José Ramón Camejo Farbós. El Dr. Camejo Farbós le ofrece ayuda a María para que continúe la marcha unareña, y así el periodismo de provin­cias contará en sus filas a "El Unare". Al mismo tiempo, Camejo prepara y orienta a lo que considere un equipo: Celestino González Or­tiz, Eleuterio Aguirre Graterol (el Dr. Aguirre), y don Eduardo Delfín Méndez. Con ellos, dice: En marcha. María sabe que tendrá nueva y notoria respon­sabilidad. Ahora, en calidad de directora. Tomás Albornoz, Cupertino Fuenmayor, León Ji­ménez y "Ravelito" (tipógrafos), hacen la selección de los soldados de metal. Más tarde, igual trabajo lo harían Carmen Parababí, José Manuel Torres Vie­ra; el inteligente Domingo Viera, Manuel Campos, José Carico, Narciso Correa y otros. Cuando su editor, Ladislao Reyes Rendón, mue­re, María recuerda al Dr. Camejo Farbós, y ya no es posible detener la marcha iniciada un. 16 de sep­tiembre de 1916. Para 1966, ha transcurrido medio siglo; el Club de Leones y la Casa de la Cultura, de Zaraza, y la Asociación Venezolana de Periodistas, Seccional Guárico, en los salones del Centro Social "Unare", la reconocen como cifra valiosa del periodismo na­cional.  La A.V.P. la admite como miembro honorario. En esa oportunidad, dice: "Hay momentos en la vida del ser humano en que las palabras no pue­den salir a flor de labios. La modestia de mi vida y la honestidad de mis actos me están haciendo vivir en este día uno de los momentos más gratos, no sé si por encontrarme ante este público de aguda comprensibilidad espiritual, acostumbrada como es­toy a vivir entre tipos de imprenta y papeles viejos carcomidos por el tiempo y cubiertos de polvo; o si por encontrarme ante mis colegas de la Asocia­ción de Periodistas de Venezuela, que hoy me traen este mensaje de confraternidad a los cincuenta años de labor periodística callada y dura. En mis labios florece la gratitud y por eso reciban la expresión sincera de mi reconocimiento: La Casa de la Cultura, la Asociación de Periodistas de Venezuela, Seccional Guárico, y el Club de Leones de la localidad". y así, "incrustando tipo por tipo, letra por le­tra", promete el número 2.557 de "El Unare"; hay motivo: "él es la expresión viviente del esfuerzo re­belde de mi familia, los Reyes Aguirre…José Ysabel Hernández y Luis Apodaca, también ejercieron el oficio (de tipógrafos); pero el más destacado fue el célebre Antonio Gabriel Solórzano. Antonio nació en el caserío “Manapoco”; hijo de Carmelita Solórzano, y desde niño estuvo al cuidado de la familia Reyes Aguirre”. (RODRIGUEZ, Moisés. “Zaraza. Desde Una Esquina con Faroles”. Publicaciones Vale Juan González. Zaraza, Estado Guárico, 1972. Págs. 75-77).

 
(Imágenes: Ladislao Reyes Aguirre y María Reyes Aguirre, cortesía del Lic. Jorge Agobian, tomadas de la obra Listín periodístico de Zaraza de Moisés Rodríguez con la venia del mismo)

Sobre María Reyes Aguirre, de quien pudimos conocer nació en Santa María de Ipire en 1890, el autor Lorenzo Rubín Zamora, nos presenta la siguiente biografía: “Periodista de larga y fecunda trayectoria que mantuvo enhiesta hasta 1965 la bandera de la dignidad y de civismo que instituyó el periódico El Unare, fundado por el notable periodista Don. Luis María Aguirre, el año de 1881. La Srta. Reyes ha recibido homenajes de reco­nocimientos a su labor y sus méritos, de par­te de distintas instituciones regionales, entre los cuales, el Premio Regional de Periodismo que lleva su nombre, instituido por la Go­bernación del Guárico (1970). Su esfuerzo y disciplina espiritual, aquilatados por su decoro de mujer valiente y consciente, siempre la han mantenido serena ante los contratiempos. Residía en la misma casona (recientemente devorada por el fuego) donde se editaba y donde luchaba El Unare por la grandeza del Guá­rico. Allí, rodeada de la vieja imprenta y demás aditamentos roídos por el tiempo, se desvanecía la vida de esta meritoria anciana, con sus recuerdos de sacrificios y satisfacciones de gloria, sometida a una pro­funda pero decorosa pobreza”. (RUBIN ZAMORA, Lorenzo, Ob cit.  Pág. 228).

                                     

(Fotografía: María Reyes Aguirre, tomada de la Obra Zaraz, desde una esquina con faroles de Don Moisés Rodriguez, citada supra)

    Presentamos a continuación las imágenes en referencia:
























































































































































































































































































































































































































































































































































Henry José Agobian Viettri.

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